viernes, 29 de octubre de 2004

¿A quién le importa?

El Día de hoy se ratificó (de ratificar, hacerse el rata) en el CONGREZOO "Nacional" una enmienda constitucional tendiente a evitar , tanto los matrimonios homosexuales, como que podamos optar a la adopción de niños.

A mi personalmente, me parece que independientemente de enmienda, la mayor parte de los homosexuales no están(mos) preparados para asumir las responsabilidades de la vida conyugal y/o familiar, como muchos heterosexuales tampoco lo están.

Y yo no veo por eso, que nadie esté intentando suprimir los derechos de los heterosexuales al matrimonio, o la adopción de niños por parte de parejas heterosexuales.

El problema reside en que "El Estado" trate de limitar lo que una persona decide o no hacer con su vida, y eso si me parece bastante cuestionable. Más aún, utilizar el nombre de "La Patria", o de "La Familia", o de "La Moral", o de "Dios", para legitimizar dichas pretensiones, no hace más que comprobar mi postura sobre lo que constituye la "democracia" en un país como éste.

Decir que la sociedad "se va para el carajo" si se apreueban dichas solicitudes de los colectivos homosexuales (que por cierto, aun no se tiene ni la menor intención de siquiera plantearse) equivale a decir que los homosexuales tenemos la culpa de las maras, de los asesinatos y desmembramientos, de los robos, de la bancarrota de los bancos, de la corrupción en todas las esferas del gobierno, del narcotráfico, del desempleo e incluso, del huracán Mitch, en 1998.

Si no pueden resolver cosas VERDADERAMENTE importantes, no vengan a tratar de jugar a la política usando la bandera antigay como estandarte. Sólo nos puede causar risa a nosotros los gays y a los heterosexuales con cerebro.

Si dicen de verdad defender la Constitución y las leyes como juraron, se les recuerda preservar los principios de libertad, igualdad y fraternidad y no tratr de cohartar las libertades civiles mediante legislaciones estériles no abonan absolutamente en nada a la problemática real del país.

Dicha legislación no le quita el hambre al 80% de la población que vive en situación de pobreza, ni mucho menos hace algo por el 60% (40% dicen ellos) que vive en pobreza extrema. No le da vivienda a nadie, ni resuelve el problema del agro o el desempleo. Lejos de hacer que descienda el porcentaje de infectados por el SIDA, puede que aumente,¿Pero qué importa? En realidad , lo que se busca es causar la impresión de que somos personas con un alto sentido de los valores.(¿Y los contratos de generación termoeléctrica más barata en que quedaron?)

Por lo pronto he de decir que a mi tampoco me importa que nieguen estos derechos.Yo seguiré llevando una vida sexualemente activa, prodiga de mucho sexo, cuando se pueda, y cuando decida hacer mi reentrada triunfal a la monogamia, no necesitaré (como no he necesitado hasta ahora) el permiso de nadie para vivir mi vida como mejor me parezca. Ya me podré casar en Holanda o Inglaterra o en España, y si me apatece tendré mis hijos propios para no adoptar. Hecha le lay , hecha la trampa.

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