jueves, 30 de agosto de 2007

De los Bisexuales Leoneses

Ya estaba previamente motivado a contar esta historia, condenada a repetirse en un loop infinito, variando unicamente en ubicación geográfica, coexistiendo en tantos universos paralelos como casos voy registrando. Hombres que se dicen bisexuales por tener la capacidad fisiológica de mantener relaciones sexuales con una hembra humana, pero que, al menos en la prñactica, se sienten irredentamente atraidos hacia un falo grande que desee libar sus jugos en sus cavidades tibias.

Lo de León no es ni la excepción que confirma la regla, ni mucho menos...Si como dice SP al final de cuentas la identidad sexual y el rol sexual están solamente determinados por la cultura, lo de esta ciudad es la prueba empírica.

En unas pocas semanas he podido constatar la famosa premisa Platónica que de una forma vulgar y pueblerina se traduce como ¨no todo lo que brilla es oro¨ .

Conocí B en una de mis múltiples entradas al infame www.chat.com/chat21 y después de un breve recorrido por las playas vecinas al León Jodido, terminamos donde ambos sabiamos que íbamos a terminar: La cama.

Lo asombroso de B es que es padre de Familia de un niño de 5 años, cosa extraña si se puede aculumbrar clara y perfectamente su orientación en una noche negra como el desamor o Memín Pinguin.

Al día siguiente en "Bohemia" (nótese la clara intención Homosexual del propietario del antro en cuestión al bautizar su negocio con tan inequívoca referencia gay) B y yo nos dispusimos a Ligar a un mancebo que se divertía bailando salsa elegantemente con su hembra.

Procedido el soplo, ante el cual la fémina en cuestión aparentemente no dió señas de advertir el cruel inmolación a la cual su conyuge iba a ser sometido, procedimos a acercarnos en mi veloz y reluciente bólido a mi nueva sede social, cita en la salida a Poneloya (una playa local). Resultado: Doblemente pasivo.

Puedo seguir citando horas y horas y no creo poder terminar. Lo que más perplejidad me produce es constatar mi propia reacción de absoluta neutralidad ante los fenómenos descritos. Casi meramente como si se tratase de la autopsia de alguien que se sabe muerto y ante lo que queda por hacer es declarar la causa de la muerte sin poder cambiar el resultado...

La conducta de los bisexuales leoneses -y de los otros autoproclamados bisexuales- que antes me producia la extrañeza paradójica de su propia contradicción, ahora sólo me produce orgasmos.