miércoles, 31 de enero de 2007

El Paradigma de la Inmutabilidad

"Algunas personas se quedan estancadas en su mejor momento, y después de eso, son completamente, incapaces de superar esa etapa, que pudo ser hace diez, veinte o treinta años y no se dan cuenta que la vida sigue, y que uno sigue con la vida"

Refiriéndose a los actores de los musicales de Broadway, la anterior es una realidad de aplicación cotidiana para muchas personas, desde el/la que hizo del achichincle su Modus Vivendi, hasta el mismísimo Dios que de existir, debería seguir los parámetros impuestos por una evolución infinita.

El problema implícito al romper el Paradigma de la Inmutabilidad reside en algo que observé en el "Confession Tour, Live From London" de Madonna, que transmite HBO plus desde el viernes pasado.

Madonna es universalmente -y por definición- la mismísima quintaesencia de la reinvención personal, mostrándoles a muchos que es perfectamente posible llegar a los cincuenta y seguir luciendo fabulotza.

Pero ese no es el punto al que quiero llegar. A pesar que el show me pareció buenérrimo a más no poder, los mixes de las cancione soberbios, y las coreografías (y los bailarines) exquisitos; sentí que el público (que ha envejecido con Lady Madge alo largo de su carrera) lució completamente incapaz de seguirle los pasos a la Diva.

Para que el show de la vida sea perfecto, deberíamos ir todos a la misma velocidad y a la misma frecuencia, cosa que no sucede nunca o muy rarar veces, por desgracia o por fortuna.

Con suerte algunos logran salir del clóset para meterse a otro armario (más amplio y cómodo, eso sí): Las discos Gay. Otros quedamos encerrados en los límites de nuestras propias capacidades/posibilidades. Cuanta calidad y -tal vez- cantidad de vida sacrificamos por salvaguardar nuestro statvs qvo, y cúanta al arriesgarlo. Lo anterior me vino a la mente en función de un cuestionamiento existecial (reingeniería sicológica, prefiero llamarle) sobre el papel del Individuo Gay en una sociedad de roles y valores.

Uno debe ser conciente que si decide avanzar es muy probable, con vistas a seguro, que nadie lo siga, sobre todo cuando el viaje se plantea peligroso y la ruta accidentada.

Uno debe estar preparado para estar solo en general y en particular a la hora de emprender este tipo de Cruzadas.

Ahí está la clave, como Madonna uno tiene que estar dispuesto a seguir con el show aunque nadie te siga el paso.

viernes, 19 de enero de 2007

Haiku Zen

Al ladrón
Se le olvidó
la luna en la ventana

viernes, 12 de enero de 2007

Verano 2007

martes, 9 de enero de 2007

Cuestión de Opciones

¿El vaso está medio vacío o medio lleno?

Tal disyuntiva sólo puede resolverse determinando en qué parte del vaso nos concentramos. Si somos optimistas podríamos afirmar que el vaso está medio lleno y al contrario si somos pesimistas. Otra alternativa podría consistir en establecer que sencillamente es un recipiente conteniendo cierta cantidad del líquido. Desde la perspectiva del líquido, el recipiente podría ser el límite que evita que se funda -de acuerdo con las leyes de la Entropía- con el Universo circundante. (Parece que fumé algo pero no, ya haré mi punto más adelante)

Eleanor Roosvelt-de quien algunos afirman que ejerció la lesbiandad plenamente- sostenía que no eran tus circunstancias las que te definían como persona, eran más bien tus decisiones.

Si analizamos el espectro de lo posible, estas decisiones están previamente determinadas (debería decir "reducidas") al campo delineado por mis propios límites. De esta manera, aunque yo sea en teoría capaz de elegir cualquier camino que dicte mi lire albedrío; en realidad, mis opciones se ven reducidas al pequeño grupo de las posibilidades que yo me permito elegir.

Y me lo permito o no, en función de mis límites,los que a su vez se fundamentan en la rigidez o flexibilidad de nuetra propia personalidad.

Como en el caso de una figura en 2-D, en la mejor tradición de la película de "Los Simpsons", ¿Son nuestros límites los que nos definen como personas?

Es interesante plantearse el que que mis propias perspectivas de vida, fundamentadas en mi autodefinición como Hombre Gay, en realidad no hace otra cosa más que limitar mi propio crecimiento personal hasta la frontera de la Heterosexualidad, es decir, reducir mi campo de experiencias, hasta lo que me sea permitido realizar como Hombre Gay.

Por ejemplo, los sueños que yo deseo alcanzar en la vida, difieren sustancialmente de los que puede tener,por ejemplo, mi hermano, que es heterosexual y tiene responsabilidad de hijos, esposa de planta y posiblemente, una que otra concubina (nunca se sabe).

Desde este punto de vista, el Bisexual (el de verdad, con B Mayúscula) tendría un ilimitado campo de posibilidades dentro del Universo de la sexualidad, como habría establecido Freud a principios del siglo pasado. Miren a la Jolie.

¿Por que apoyar, por ejemplo, la legalización del matrimonio Gay (Ley de Igualdad Civil, o como le quieran llamar), la adopción por parte de parejas gays, etc, aunque no se pretenda ejercer el derecho?

Soy de los opina que por el simple hecho de aumentar el campo de mis opciones. El determinismo existe unicamente en la medida que no hago uso del libre albedrío, o que yo mismo renuncio a mi derecho de elegir.

Soy un ser limitado dentro de mis propias experiencias y en función de mi capacidad de elegir ampliar o reducir las mismas. De la misma manera, los valores sociales que condicionan mi manera de conducirme dentro del rebaño, están dictadas por el colectivo de ideales que la sociedad determina como "moralmente aceptables", en función de los principios de conservación y perpetuación de las condiciones sociales que permitan la supervivencia del statvs qvo.

Por eso, es la obligación de aquéllos pocos que puedan o podamos, trasgedir todas las fronteras posibles, acabar con el mito del Pecado, "el orden y los principios morales". Lograr una individuación más allá de los preceptos establecidos como "verdaderos" o "absolutos" da lugar al mayor logro al que puede aspirar un ser humano. La Libertad del Ser. Y sin duda a una Sociedad más justa para todos.

miércoles, 3 de enero de 2007

Te Amo, pero...

Una vez escribí una entrega sobre el viejo chiste de Mafalda, llamado "Libreta de Apuntes Tácticos" , en los que citando a Manolito:

"Cuando el cliente compra una cosa, en realidad está comprando dos, una la que él cree que está comprando, y otra, la que uno REALMENTE le está vendiendo".

Partiendo de esa premisa uno se debe plantear muchas veces si es preferible saber lo que uno está realmente comprando o no.

Una vez que destapamos la caja de Pandora y salen todos los esperpentos y demás basiliscos, estamos preparados para ver de frente a la Gorgona de la verdad a la cara?

O en realidad, somos tan inseguros que preferimos hacernos de la vista gorda ante los acontecimientos, y seguir como si nada?

La verdad generalmente no es una cosa fácil de manejar. Es capaz de dejar a la más pasiva del mundo (si, tú sabes que me dirijo a Tí, Amigo Lector) sin saber en qué nalga sentarse. Y más si se trata de cosas del amor, como dirían Vicky Karr y Ana Gabriel.

Esta entrega sintetiza y concluye muchas anteriores que tratan sobre el Amor. Así es, mis queridos animalitos de la creación, lejos de toda la patraña de "Love Story" acerca de que "amar es no tener que pedir perdón" y en un hábil y poderoso revés de Judo Mental, puedo también asegurar que "Amor es no tener que pedir permiso" . Y aquí es cuando a muchos se les empieza a poner dura la cosa, y no de la manera en que seguro les gustaría.

Viene a colación el siguiente relato Zen que parafraseo a continuación:

Veinte monjes y una monja llamada Eshun, practicaban el Zen con cierto Maestro. La belleza de Eshun traspasaba las limitaciones impuestas por sus humildes vestiduras monásticas y la carencia absoluta de cabello, por lo que varios monjes se hallaban secretamente enamorados de ella. Uno de ellos le escribió una carta en la que le declaraba su amor, urgiéndola a atender una cita en privado.
Eshun no contestó. Al día siguiente después de las meditaciones con el Maestro, Eshun se puso de pie y señalando al autor de la misiva con el dedo, dijo: "Si en verdad me amas tanto como dices, ven aquí y abrázame ahora"

No creo que hagan falta más explicaciones.