viernes, 13 de octubre de 2006

Teoría del Antiproducto

De la misma manera que no me creo que seamos Elite, tampoco me creo el asunto que uno debe aparentar ser original para ser especial.

La falacia viene dada por el contrario de la proposición anterior:

Si soy original, debo aparentar ser diferente.

Recientemente platicaba con mi colaborador de este blog, sobre una exposición de jóvenes fotógrafos que se dio con motivo de la feria patronal de esta capital. La obra de los artista a su decir, no era nada que fuera más allá de un momento Kodak. El asunto que llamó verdaderamente la atención de mi joven colaborador era que los citados Jóvenes Promesas del Arte Fotográfico, andaban (como era de suponerse) "disfrazados" de bohemios.

A ver quien se atreve a contestarme esta pregunta:En dónde está especificado que un "Artista", para ser un Artista, tenga que disfrazarse para serlo?

Y si lo dice en letras pequeñas y yo me he saltado esa parte del contrato entonces: Quién definió los parámetros del look de la gente "way"?

Por que el verdadero peligro que se corre en esto es que, al rechazar los estándares "normales", (habituales), estoy cayendo en el estereotipo opuesto: El Antiproducto.

El Antiproducto en el fondo, sólo constituye una polarización igual de poco original que la versión "tradicional" , tan visto, trillado y aburrido para los ojos del espectador de nuestros días.

Lo malo de los clichés es que cuando uno trata de evitarlos, termina por caer en uno peor, no por que en realidad uno lo sienta, sino sencillamente por aparentar. Vi unas declaraciones de Jonnhy Deep, donde admitía que había adoptado el "Xuco-look" (Antiproducto), ya que no quería que "la gente lo percibiera como un producto de cara bonita", cuando en verdad tiene una cara espectacular y eso no tiene nada de malo!!!!

A propósito del tema, un Padawan me comentó que por que me vestía tan normal. Imágenes de mí mismo desfilando los últimos diseños de la Haute Coture hondureña: La moda-mara, el look-raeggetón, la xxs-Benneton, no me hacen sentir cómodo, independientemente que sepa disfrutar de la ropa de diseño en gente que la puede lucir.

Sería verdaderamente preocupante para alguien gay, que sea como yo, caer en el producto o en Antiproducto. Cualquiera de las dos visiones (la típica loquita mega fasion/cero-cerebro, o el chuco/chocorrón/chacalón/ "yo soy hombre-pero me encantan las verijas-") me resultan absolutamente inadecuadas a mi modo de vida.

Es inconcebible que en estos días, para ser, uno deba-encima- parecer , cuando en realidad, unicamente con tratar de ser, pasa uno suficientemente ocupado. Quizás por eso luzca "normal". Tal vez imponga un nuevo antiproducto: los consistentes. Lástima, no creo que se venda.

lunes, 9 de octubre de 2006

"Somos Elite"

"Somos Elite"

Aunque cada día que uno se ponga más viejo, y por más que digan en el programa de Eduard Punset que "As time goes By" no es más que una cosmológica metáfora de algo que no existe, a medida que pasa el tiempo, no puedo evitar sorprenderme (y no de una buena manera) cada vez que oigo de la boca de un estereotipo producto de la época, proclamarse orgulloso como el inventor del hilo negro y el agua tibia.

Tal proclama fue la siniestra confirmación de mis más horribles sospechas. La ideología de ultraderecha está infiltrada hasta en los últimos rincones de las cortes homosexuales.

Yo siempre he pregonado el concepto de que en el país de los ciegos, el tuerto es rey, pero de eso a convertir una lígera desviación estándar en el credo religioso de la supremacia de mi clan dentro del reducto de la comunidad gay de Tegucigalpa, me parece demasiado osado.

Y es que, por otro lado, la ignorancia es osada. Por que según sé, a partir de lo manifestado en un documental televisivo que versaba sobre las corrientes filosóficas del siglo XX, a pesar de sentirme capaz de afirmar que apenas tengo cerca de cuarenta años de subdesarrollo filosófico, cada día que pasa me siento menos "Elite", sobre todo si contrasto con la realidad práctica algunas arquetípicas estructuras mentales que se han quedado agazapadas en algun oscuro rincón de mi inconsiente.

Tampoco es que me esté dando baños de pureza y que vaya a ser yo quien lance la primera piedra. Yo peco de arrogante en muchas ocasiones y puede que me sienta mejor que muchos, de muchas maneras, pero de eso, a ufanarme por que mis amigos y yo "Somos -o seamos- Elite", hay un trecho inmenso y que espero nunca atravesar.

La parte más aterradora de esa velada de viernes por la noche , con este grupo al cual fui invitado por alguien que sé que comparte mi visión de que somos más educados o más viajados, pero nunca ELITE, fue que al parecer, efectivamente eran gente que había leido mucho, pero que eran completamente incompetentes al momento de traducir lo leido en cuestiones prácticas de aplicación cortidiana. Vaya: era como oir al perico de mi vecina cantar el Himno Nacional, sin tener el más leve atisbo interior de lo que estaba parloteando.

Y eso para mi no es SER ELITE.

Dijo Jorge Luis Borges:

"Uno es lo que es, no por lo que escribe, sino por lo que lee"

Pero a veces no.

"No Somos Elite"...