sábado, 27 de agosto de 2005

Hay que Cuidarse

En las proximerias de mi trigésimo segundo aniversario de natalicio, he estado considerando hacer unos cambios en mi , a ver si te gustarán (Alguna similitud con la canción del Buki "Si no te hubieras ido" es meramente intencional) .

Principalmente, he bajado sustancialmente de peso (cerca de 9 kg -19.8 lbs- ;y de un Indice de masa corporal de 34 estoy en 27, lo cual agradecería cualquier cardiólogo). Para los que quieran la receta: ésta consiste en una dieta que no combina alimentos de origen proteico (carnes, lácteos,huevos) con carbohidrathos (harinas, frijoles, arroz, etc) y que además distribuye la cantidad total de comida en seis tiempos, lo que aparte de reducir el tamaño del estómago paulatinamente, acelera el metabolismo al ritmo de una musaraña. Eso aunado a un programa de ejercicios está rindiendo sus frutos.

Por lo demás,una correcta hidratación facial una vez por semana sigue siendo suficiente para que me sigan considerando de 26 años.

Por que, si, para sorpresa de muchos y muchas, la gente aquí cree que tengo esa edad, y más ahora que no tengo él incómodo sobrepeso, pareceré de 24...

Y no es que me avergüence de mi edad, al contario, me siento muy cómodo, satifecho diría más bien,de llegar en tan buenas condiciones físicas y psicológicas. Y he aquí lo que quiero manifestar con esto. Envejecer es un hecho inevitable de la naturaleza, cada vez que respiramos envejecemos. Por eso, y ante la inevitabilidad del fenómeno, el truco consiste en obtener la mayor calidad de vida durante el mayor tiempo que sea posible. Veánlo como un negocio a valor presente.

De manera condundente, lamento que muchos de mis contemporáneos, no puedan decir los mismo, abandonarse al destino inexorable e implacable que impone el tiempo, sólo trae como consecuencia una vida más corta en cantidad y calidad. Y eso es algo que no estoy dispuesto a sacrificar. Amo la vida y amo mi vida. Por negra que parezca a veces, gracias a los dioses, ahora puedo sacarle el jugo a esta oportunidad que se llama hoy. Y eso no es una cuestión de arrugas o canas.

Anoche estaba en el chat y me encuentro con un tipo (23 años), que a la sazón descubrí que vive en el mismo apartamento que yo. Después de preguntarme no menos de siete veces que si yo era gordo (y si estaba seguro que no lo era) convenimos en conocernos en cuanto llegara a mi apartamento. Cinco minutos después de haber llegado a casa, se me aparece el tipo en cuestión: era el hermanito menor de el osito Misha: Minúsculo y por lo menos obeso, lo que acentúa peligrosamente sus proporciones corporales con las de una esfera. Moraleja: quien mira más la paja en el ojo ajeno, es por lo general, aquel que tiene la viga en el propio.

El fenómeno, cuyo resultado era perfectamente previsible en mi horizonte de posibilidades, no me molestó en lo más mínimo, al contrario : me dió mucha risa ver sus torpes avances sexuales, ya que hacía menos de una hora que se había descrito asi mismo como la última cerveza del desierto de Atacama. No es lo mismo verla venir que platicar con ella. Conversamos un rato y sutilmente le hice ver que obviamente no sucedería nada. Nada de lo que él esperaba, al menos.

La juventud no siempre es ventaja, de la misma manera que la vejez no es sinónimo de experiencia, mucho menos de madurez.

Como dijo Glorita: "Hay que cuidarse", pues.

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