martes, 2 de septiembre de 2008

El Saludo de la Muerte

 

Me he topado con ella de frente en tres ocasiones: La primera en un accidente de automóvil, la segunda en un secuestro express y la tercera en un asalto a mano armada. Extrañamente pasó de largo, guiñándome el ojo, como un viejo admirador que espera el momento propicio para acercarse y llevarme con él/ella (sí, la muerte es transexual). Hoy no será, quizá otro día, mañana, o en diez años, pero ese día seguro acudiremos puntuales.

El Terror a la  Muerte han inspirado los más diversos sistemas de creencias, rituales, religiones y otros sistemas cosmólogicos, que tratan de consolar a los iniciados insinuando y pretendiendo creer y hacer creer que "existe un mejor lugar más adelante" o que "no todo termina con la Muerte".

Personalmente, veo a la Muerte como una amiga. La conciencia de mi propia fragilidad y mortalidad es uno de  mis más preciados logros en la vida y a cada momento procuro percibir su presencia a fin de no olvidar lo que considero verdaderamente importante para mí.

Más curioso se vuelve el asunto cuando se sabe que la Muerte ronda a una de las personas más significativas de tu vida. Es un asunto en el que la mayor parte de los homosexuales no reparamos , en nuestra eterna persecución del sexo, como método defensivo.

Me pasó recientemente que mi Alma Gemela. A G, mi amiga le indicaron unos exámenes que posiblemente determinen si tiene cáncer intestinal o estomacal. La noticia me dejó helado. ¿Qué pasa cuando las pocas conexiones que tienes se pierden y después de emitida la señal, no hay respuesta?

Sólo el silencio...Y por mucho que alegue haberme preparado para una vejez en soledad, uno quiere pensar al menos que tendrás a tus amigos, los receptores que funcionan en tu misma frecuencia y con los que se sabe se puede contar para andar el camino del tiempo de alguna manera acompañado.

Hoy me ha hablado G para decirme que está bien. No hay peligro. La Muerte me ha vuelto a guiñar el ojo. Hoy no será, quizá otro día, mañana, o en diez años. Me ha hecho recordar que está ahí, en medio de todo, no con mala intención, cada quien hace su trabajo.

Yo le correspondo el guiño, agradeciéndole la deferencia.

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