martes, 19 de septiembre de 2006

A Mí no me Gusta Picasso

"Cómo pudo decirte eso en la primera cita?"- Pregunté, mientras procedía a descojonarme de la risa , a causa de la pasmosa vanalidad con la que algunas personas pueden tomar asuntos tan serios.

Sin Embargo, estaba dicho: "Te Amo", en primera cita del singular.

Recuerdo que durante mi adolescencia yo tomaba clases de pintura y mi profesora, quien sin duda conocía muy bien la Teoría del Color y quien podía copiar basicamente cualquier cosa de la realidad mediante una hábil mezcla de tonos y matices; no era precisamente lo que se diría una fan de Picasso.

"A mí no me gusta Picasso"- Decía con bastante frecuencia, y yo en mi ignorancia puberal debía estar de acuerdo, más por una especie de Síndrome de Estocolmo que por otra cosa.

Algunos años después, ya en la Universidad, me topé por segunda vez con Xibalbá (el infierno maya) , o sea mi profesor de Español 101, quien en una magistral clase sobre "El Guernica" supo explicarnos su visión sobre la obra. Ahí conocí a Picasso por otras referencias y ya no me pareció tan malo. De hecho comezamos a coquetear.

El verdadero romance comenzó tras mi estadía en Madrid, trás mi visita al Museo Reina Sofía, cuando pude ver no sólo el "Guernica" original, sino muchos de los bocetos previos y otras obras de Picasso. A pesar de ser yo mismo un pintor, (no diré artista, por que no me considero uno), nunca llegué a sospechar sobre la profunda descarga afectiva que sentí al ver incluso los más simples bocetos. En ese momento fui conmovido al punto de las lágrimas.

Sin atreverme a decir que soy un connaiseur de Picasso, a estas alturas de mi vida puedo decir que amo su Obra y aun así puedo tener algunas pinturas o esculturillas que me resulten más divertidas que otras que, por decir algo, me fastidian o me desagradan.

Una de las cosas que odio de las relaciones homosexuales es la brevedad: Podemos decir "te amo" una tarde y a la mañana siguiente estar prometiéndole amor eterno a otra persona, sin tener un conocimiento del ser humano que habita más allá del falo, el esfínter, la cara o el resto del cuerpo.

Yo no quiero que me "amen" así, de la misma manera que no recomiendo a nadie que se deje "amar" de esa manera.

Sin ánimos de resultar moralista, el término "conocer" se utiliza en la Biblia como sinónimo de coito. Es un hecho interesante para reflexionar, ya que tal vez la idea de todo esto es llamar la ateción sobre el hecho que no se puede amar, lo que no se conoce. En todo caso se puede tener el cuerpo de alguien de esta menera.

Sé que ya he tocado este tema antes, pero me siento urgido a machacar la idea que "amar" implica ayudar a cambiar los defectos, pero al mismo tiempo aceptar los mismos cuando sea necesario.

No nos extrañe que muchas veces nos quedemos con la pasión en lugar de la relación que decimos buscar, sencillamente por no reconocer la diferencia.

Aunque muchas personas no lo entiendan, a mí me gusta Picasso.

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