miércoles, 25 de febrero de 2009

¡Salgan del Clóset! por Guadalupe Loaeza

Por lo que sigue es por lo que nos odian...

De www.reforma.com:

"Si una bala atraviesa mi cerebro, dejad que esa bala destruya las puertas de todos los armarios".
Harvey Milk

"¡¡¡Salgan del clóset!!!" era la consigna de Harvey Milk cada vez que se dirigía a grupos de gays no asumidos, miedosos de hablar de su homosexualidad. "Díganselo a sus papás, a sus hermanos, a sus compañeros de trabajo, a sus amigos, a sus vecinos, pero no se queden en el clóset", los exhortaba apasionadamente, a pesar de que él mismo jamás se lo confesara a su madre. Sabía, por lo tanto, lo que era tener relaciones sexuales a escondidas. Sabía lo que era sentirse rechazado, excluido y lo que era peor, "Lo único que tienen (los gays) es esperanza.

Y tienes que darles esperanza. Esperanza por un mundo mejor, esperanza por un mañana mejor, esperanza por un lugar mejor al que ir si la presión en casa es demasiado grande. Esperanza de que todo irá bien. Sin esperanza, no sólo los gays, sino los negros, los ancianos, los disminuidos, los nosotros, los nosotros abandonarán. Y si ayudas a elegir para el comité central y otros puestos a más gays, eso da luz verde a todos aquellos que se sienten privados de derechos, una luz verde para seguir adelante.

Significa esperanza para una nación que ha abandonado, porque si una persona gay lo hace, las puertas están abiertas a todos", dijo Milk unos días antes de que lo asesinaran como parte de su discurso más famoso titulado Hope Speech, el cual encendió a la multitud. Todos lo escuchaban, pero entre ellos había muchos jóvenes muy enojados, frustrados porque no obstante Milk había logrado defender arduamente los derechos de los gays, aún había muchos rechazos por parte de la comunidad de California.

"No puedo evitar que nadie se enfade, o se enfurezca, o se frustre. Sólo puedo esperar que convertirán esa ira y frustración y furia en algo positivo, de forma que dos, tres, cuatrocientos, quinientos den un paso adelante, de forma que los médicos gays salgan del armario, los abogados gays, los jueces gays, los arquitectos gays [...] Espero que todo profesional gay diga 'basta', dé un paso adelante y se lo diga a todo el mundo, lleve un cartel, deje que el mundo lo sepa. Quizás eso ayude".Harvey Bernard Milk, nació en Nueva York el 22 de mayo de 1930, hijo de William y Minerva Karns Milk, ambos judíos.

Cuando era niño sus compañeros de escuela solían burlarse sus orejas "de soplillo", su enorme nariz y sus pies exageradamente grandes. En clase era considerado como el típico "payaso". Era buenísimo en el rugby americano y desde muy pequeño se volvió aficionado a la ópera. Desde que era adolescente descubrió su homosexualidad, pero la mantuvo en secreto. Tal vez fue por esa razón que sus amigos lo consideraban como el "verdadero macho".

A Harvey le encantaba escribir, de allí que lo invitaran a colaborar en el periódico universitario. Después de su graduación, Milk se alistó en la armada durante la Guerra de Corea. En 1955, obtuvo su licencia con el rango de teniente. Después fue maestro en la George W. Hewlett High School de Long Island. A Milk le gustaba escribir poemas, a pesar de que para entonces se había convertido en un perfecto vendedor de seguros. Milk tenía los ojos tristes, traía el pelo largo y usaba jeans muy desgastados.

En sus ratos libres, escuchaba ópera y fumaba marihuana (muchos años después lucharía por la legalización de la hierba).No obstante, Milk era un político nato, nunca se imaginó que al llegar a California en 1973 se presentaría como candidato "supervisor" del condado de San Francisco. Era tal su liderazgo y su interés por seguir en la lucha de los derechos de los gays, que muy pronto empezaron a llamarlo el "alcalde de la calle de Castro", lugar en donde había abierto, junto con su compañero, una tienda de cámaras fotográficas. A partir de entonces, empezó a dirigir el movimiento gay contra las iniciativas antigays.

En 1975, vuelve a presentar su candidatura como "supervisor". Se corta el pelo y ya no fuma marihuana. Incluso, jura que ya no vuelve a visitar un "sauna gay". En 1976, finalmente, Milk se convierte en el primer comisionado municipal abiertamente gay de Estados Unidos, a pesar de que su peor enemiga, Anita Bryant, junta 64 mil firmas para realizar un referéndum para luchar por el condado de Dade, el cual, según Anita, si pasaba la ley de los derechos de los gays se convertiría "en un semillero de la homosexualidad".

Finalmente, en 1977, Milk fue elegido "supervisor". Desde esta elección seguía luchando por los trabajadores y maestros gays. "Los gays deben comprar en tiendas de gays", gritaba durante su campaña a los cuatro vientos. Once meses después de su triunfo, el 27 de noviembre de 1978, Milk y el alcalde George Moscone son asesinados por Dan White, otro "supervisor" de la ciudad que había dimitido recientemente y quería recuperar su cargo.Después de su muerte, Milk ha sido incluido en tercer lugar en los "100 héroes e iconos del Siglo XX".

La revista Time, lo considera como "un símbolo de lo que pueden conseguir los gays y los peligros a los que se enfrentan por hacerlo". Harry Britt resumió el impacto de Milk la tarde en que fue asesinado en 1978: "No importa lo que el mundo nos haya enseñado sobre nosotros mismos, podemos ser hermosos y podemos arreglar nuestra vida [...] Harvey era un profeta [...] vivió por una visión [...] Algo muy especial pasará en esta ciudad y llevará el nombre de Harvey Milk puesto".

Si quiere usted saber más sobre este "mártir de los derechos de los gays", le recomiendo muy vivamente vaya a ver la maravillosa película Milk. Seguramente saldrá del cine sintiéndose con muchas esperanzas...

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