domingo, 20 de mayo de 2007

Pueblo Chico

Soy una persona muy difícil de impresionar y entre más tiempo pasa,la situación tiende a volverse más extrema.

Pero lo ocurrido en las últimas dos semanas en mi gira por el sur de mi país verdaderamente amerita un blog.

Todo comenzó el día en que aparecí por esas áridas tierras del sur. Al llegar al desvío de Jícaro Galán, me sorprendió ver a una muchachita de razgos bastante ambiguos. Después de pasar los siguientes cuatro o cinco minutos tratando de determinar -en vano- su género.

Al momento hizo su aparición un segundo hijo de Hermes y Afrodita, aunque éste era -muy a su propio pesar- muchísimo menos ambiguo que el primero. De ahí deduje que se trataba de las loquitas del pueblo.

Estaba equivocado. No eran LAS loquitas del pueblo. Eran apenas ua pequeña muestra,en el vasto Universo de partidas de ese lugar. Al voltear y ver en cualquier dirección aleatoria, encontraba una y otra y otra y otra más. En la frontera del Amatillo había incluso una pareja estable de lesbianas reconocidas. Desgraciadamente para mi, nada que llamara mi atención sexual, pero en cuanto a la cantidad relativa de loquitas por superficie de área no había visto nada igual desde Chueca.

Impresionante. Pero lo que de verdad llamó mi atención fue el hecho de que a pesar de ser afeminadísimos al punto del travestismo, los lugareños aparentaban una tolerancia extraordinaria, digna de un país con otro nivel cultural. Supongo que la frecuencia hace callo.

Lo importante, de cualquier manera, es la confirmación experimental a mi teoría que la homosexualidad será más aceptada a nivel social, en la medida que la gente sea expuesta al conocimiento y la aceptación de la exitencia de gente que tiene preferencias sexuales diferentes.

Pueblo chico, loquitas valientes.

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