Desobediencia
Recientemente me tropecé en Metromedia con un libro de Erich Fromm, sobre la desobediencia social, en los que explican desde el punto de vista del psicoanálisis, los principios de la dinámica sociedad- individuo, fundamentada ésta en el control de muchos por parte de muy pocos y como el individuo solo puede aspirar a la verdadera libertad en función de las elecciones concientes que haga en su vida.
Es interesante poder llegar a las mismas conclusiones de manera separada. El principio básico de la discusión se fundamenta en la necesidad que el individuo tiene de obedecer a una autoridad superior (Dios, un sacerdote, un poder político o gobierno o incluso los padres). Muchos de los problemas sociales que enfrenta actualmente la humanidad derivan de manera directa en esta necesidad de sometimiento. Por ejemplo, los adolescentes que experimentan la excesiva presión social, en las escuelas secundarias, lo que los conduce a tener relaciones sexuales precoces, desórdenes alimenticios , e incluso a cometer masacres como la de Columbine en los Estados Unidos.
Por desgracia, es muy poco lo que se le enseña a alguien sobre cómo lograr separarse del rebaño y, al contario, mucho lo que se hace para convertir a cada individuo de la sociedad en un borreguito más del mismo. Nos educan para que sintamos ese instinto gregario, para que sintamos que sin el apoyo del resto del grupo no valemos nada y no somos nada. Nos enseñan que "todo el mundo necesita a alguien a quien amar" y -más peligroso aún- que mi autoestima debe estar fundamentada en que El Otro me quiera y me acepte. Si no tengo esta aceptación por parte de los demás somos condenados a una especie de exilio ostracista, nos convertimos en parias indignos de sentir siquiera amor propio. Así es cómo funcionan las cosas.
Y una vez más yace en el sustrato del problema la problemática del control. Por que si las cosas se mantienen funcionando de determinada manera, los que ostentan el control podrán seguir en su condición de ventaja, hasta que, por medio de alguna extraña anomalía fortuita del sistema (El Arquitecto tenía razón) se compruebe que algo anda mal y se haga algo para balancear de alguna manera la ecuación.
Fromm no propone en su ensayo la desobediencia como solución al problema del control-al menos hasta el punto que leí-, aunque bien, establece de manera clara la diferencia entre una obediencia conciente y la sumisión total a las estructuras de control social.
Yo quiero llegar un poco más lejos. Si mis experiencias son las que de alguna manera las que determinan mi calidad de vida y el trasgredir las normas es, hasta cierto punto válido y aun me atreveré a decir que necesario, a fin de verificar de manera empírica la aplicabilidad de lo que podríamos llamar "Principios Morales" (con el único objetivo de tener un punto de referencia común a lo que yo prefiero llamar principios básicos de convivencia grupal).
El problema con la desobediencia es que está inevitablente asociada con el castigo. Todas las sociedades primitivas cuentan, en alguna parte de su mitología los terribles castigos a los que se sometía los trasgresores. Estos mitos, como el de Adán y Eva, Prometeo, Los Gemelos Mayas, Horus, etc., e incluso los mitos sobre el abismo al final del mundo, dan cuenta de la suerte que corrían aquellos que se atrevían a ir más allá. Esto me inclina a sospechar que ningún modelo religioso,- fundamentado en esta clase de mitos, ni cualquier otro sistema que promueva que el sometimiento a las adversidades de esta vida son promesas de premios en vidas posteriores-, conduce verdaderamente a la liberación de la persona.
De manera adicional, la persona que desobedece, sufre el malestar interno -culpa- en función de la fantasía de retaliación o castigo, que imposibilita la libertad a nivel interno, reduciendo las posibilidades de insurreción y desobediencia aún más.
Estos son los adversarios contra los que tenemos que revelarnos. Veamos a dónde nos conduce esta nueva aventura.¿Qué será lo que de verdad sucede cuando ejerzo la desobediencia?