martes, 19 de diciembre de 2006

Mitología Heterosexual

No es de extrañar que estando sumidos en una sociedad donde se presenta la heterosexualidad como lo mejor que le puede pasar a un ser humano, nosotros, en nuestra condición de homosexuales (minoría social), terminemos "comprando" o consumiendo los diversos mitos que la heterosexualidad nos vende como si fueran el non plus ultra de los ways of life. Cuando uno compara desde un punto de vista neutral y con el rigor de las herramientas estadísticas, se da cuenta que nos están dando atol con el dedo, y claro, nosotros, ávidos de algo largo que llevarnos a la boca, terminamos por caer.

Es por eso que me gustan las películas con finales tristes, tipo "El Paciente Inglés" o "Tristán e Isolda", verdaderas tragedias e íconos clásicos que demuestran que el "y vivieron felices para siempre" es como muchos otros, un mito de la ideología heterosexual.....¿Cómo se explica el éxito de Sex and the City"?

Más aún, cuando se ve algo como "los Puentes de Madison County", donde uno encuentra plasmada de forma irrefutablemente diáfana la antítesis de otro de los grandes mitos heterosexuales: la que uno generalmente termina junto, casado, arrimado o arrejuntado con el amor de su vida. Uno generalmente no termina con el amor de su vida. La experiencia homosexual, que permite tener varias parejas a lo largo de una vida , lo hace a uno reflexionar sobre la cantidad de personas a las cuales se es capaz de catalogar como el "Amor de mi Vida". Aparentemente, la mejor relación debería ser la que se está viviendo en el presente, aunque no signifique que es la persona con la que hubiesemos querido estar el resto de nuestros días.

El siguiente mito es el de la fidelidad. Se nos educa para se "fieles". Pero el deseo por probar carnes nuevas es inherente a la naturaleza humana, y aquí, incluyo a hombres y mujeres por igual. Lo que varía en cualquier circunstancia sería un menor o mayor grado de libertad personal para ejercer el adulterio, en el mejor de los casos, sin culpas. En nuestra sociedad, se establece como un valor de doble moral la fidelidad. Por una parte se alienta a la mujer a ser fiel, y por el otro se alienta al hombre a ser infiel. En el caso de los hombres homosexuales, surge un enorme espectro de manifestaciones al respecto.

Conductas tales como la imposibilidad de reponerse de una primera relación fallida, reflejan la introyección de los mitos anteriores en la estructura síquica de los heterosexuales y de algunos gays que han comprado el mito.

Ciertamente, es de hacer notar que la única manera de vivir una vida plena, es no dejándonos vender mercancia ideológica caducada y hacer cada quien sus propias experiencias. Las trasgresiones tienen sus ventajas. Hay que vivir más allá de los límites

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