martes, 1 de agosto de 2006

El "Qué Dirán"

El hermano a la hermana en la casa:
"Hermanita, hermanita!, en el colegio me dicen Maricón!
-Y a mi qué?
-Ah!, a vos te dicen Puta.

No existe instrumento de dominación masiva en un pueblo chico de estos nuestros, que el infame "qué dirán". Mejor aun que la Religión, dentro de ciertas esferas donde ni siquiera se cree en un dios, el "que dirán" constituye el mejor atentado a la libertad individual, desde que los Judios inventaron el Monoteismo.

Buena idea, al inicio (igual que el Monoteismo o el Comunismo, por ejemplo), como cualquier otra idea que se le ha ocurrido a la humanidad a lo largo de 12,000 años de historia documentada.

En sus orígenes la idea estaba orientada a establecer la reputación de las personas en virtud de su honor y la credibilidad de la palabra de una persona, a fin de establecer vínculos de confianza o sociedades generalmente de índole comercial. Uno debía saber si una persona era digna de confiarle bienes materiales o incluso dinero (el sistema bancario está basado en la confianza) y eso generalmente se vinculaba al estilo de vida. Uno no iba a confiarle los bienes a personas viciosas, alcoholicas o jugadoras, que en una noche de farra podrían poner fin a su patrimonio.

Pero como en todo lo humano, los excesos están a la orden del día y no se pudo mantener las cosas dentro de un límite consistente (me acerco a una nueva teoría).

Y así la reputación de una persona paso a ser la reputación de su familia, nuclear y extensiva y no sólo eso, se incluyeron en el paquete (y aquí viene la gran falacia) el decálogo de Moyisha y cualquier otro concepto que se hubiese desarrollado en el largo y sinuoso camino del puritanismo hasta llevar las cosas al clímax durante la época Victoriana.Muy resumido, yo sé, pero así fue como aconteció.

Estas ideas arraigaron en nuestros países, como quien siembra rosas en los guijarros, (tendrás las espinas, pero nunca verás las rosas), algo importado, ajeno, que nunca daría los mismos resultados que dio en los lugares de origen, por que sencillamente no pertenecía.

Como pasa en todo, generalmente terminamos persiguiendo las sombras de las cosas que creemos que son, en lugar de preguntarnos con sincera preocupación (como la hermana del chiste) si lo que dicen es cierto o no. Si lo que dicen los demás nos molesta y es cierto, pues tal vez deba revisar en mi a ver que hago con mi malestar. Si no, mandarlos a matarse a pajas.

Nos dicen maricones y nunca nos preguntamos si en realidad lo somos.Entonces, tal vez seamos putas.

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