sábado, 15 de diciembre de 2007

Personalidades Múltiples, Múltiples Personajes

Luces, cámaras, acción!

Para nadie que sea gay estas palabras deberían resultar extrañas. Uno tiene muchas veces que pretender -al menos por un tiempo, o en ciertos círculos-ser lo que no es. Nunca he considerado esta cualidad como negativa, ya que pienso que en la adaptación está la supervivencia.

Pero si creo que hay problemas cuando nos empezamos a creer los personajes y éstos se nos convierten en personalidades alternas. Al decir de alguien, la locura comienza cuando empezamos a oir voces de la nada y termina cuando les contestamos en voz alta.

Asi tenemos, por ejemplo a la Leobarda, famosa por su capacidad de crear mundos enteros en los que todo era absolutamente consistente, hasta que se comparaba con la realidad. De la Leobarda decía la Keta que era capaz de prestarle una de sus personalidades sobrantes a la Xoppa, que carecía de una propia.

De todo ésto en la banda opuesta del espectro, lo único que molesta-y que no se critica, que si no no acaba uno- es el tratar de aparentar ser lo que no se es. Ya que uno puede reinventarse como Madonna o incluso hacerse cirugías como Cher (RIP), pero no se puede forzar el personaje al extremo de ir en contra de uno mismo o de la propia personalidad. Un ejemplo -y vuelvo con la Ciccone, si se me permite- ¿Qué habría pasado con la Madonna si ella hubiera estelarizado todas las proezas y acrobacias en el video de "Jump"?

El resultado podría haber sido terrible y muy posiblemente irreparable. Pero la Madge no tiene de bruta un pendejo.

Al contrario, si hay algo en lo que ella puede basar su éxito, a lo largo de más de dos decadas, es su consistencia, su capacidad de actuar su personaje interno afuera. Por que a la larga, no sé decir exactamente que es lo que más desagrada, si un mal personaje o una mala actuación; pero sí soy capaz de predecir que ambos son enteramente decepcionantes.

Y es que se peca en este ambiente, en exceso de tratar de ser lo que no, y aunque la mayor parte de la gente en los perfiles del hi5 pueda decir que odia la hipocresía, por ejemplo, me atrevo a asegurar que todos tienen sus pequeños caracteres privados, sus mascaritas de Leonardo DiCaprio en Titanic, o la de cualquiera de los supercool personajes de Entourage -estos son muy apetecidos- al igual que los que tienen personalidad de Indio Juan Diego (les habla la Virgen).

Detesto un poco más la actuación de aquellos autoproclamados Auténticos, que consideran que juzgar a los que están en el clóset como seres reprimidos e inferiores , hasta que una más loca que ellos les grita el precio en los baños del Cine Tauro, tumbándoles la corona con las acrílicas.

Entre las peores personalidades que se pueden caracterizar: la de Miss Vida Bohème, artista de cuarta que cree que puede encontrar la originalidad en no tener cultura (¿?), no leer más que si acaso Harry Potter y El Código Da Vinci.

De estos he conocido unos tantos que consideran que la obra -existente- de los otros, podría robarles cualquier atisbo de genialidad de su obra por crear, como si tapando el sol con un dedo, éste dejase de brillar, solo por el mero hecho de negar mentalemente su existencia.

Queda cierto consuelo cuando uno se percata que esas actitudes aberrantes en nuestra cultura gay son heredadas no en función de la respresión que pueda ejercer la sociedad heterosexual, si no de una mímesis de la misma.

Estas reflexiones son el inicio de una serie con la concluiré este año y en las que pretendo analizar el efecto de la cultura heterosexual en las diferentes especies de subcultura gay.

No hay comentarios.: